A ese amor lejano y hermoso, de orilla de la ciudad, de colonia pobre.
I: Encuentro
El fresco pre-invierno…
El acto robado,
calor supra humano…
el labio en el labio.
Galano horizonte,
tus frutos de infierno,
belleza de noche:
antiguos intentos.
La mano indicada,
el agua perfecta,
lo oscuro en fachada…
la voz que se ahoga.
Sonrisa, complacencia,
cariño y extrañeza,
devoción y arrebato:
amorosa imprudencia.
II: Recuerdos.
Inspirado en musa aguda
arrojado en pulso débil
con los órganos bailones
en la unión soñada fértil.
El ladrón que viene dentro
ya comienza a anudarme,
me acuchilla con lamentos
recordando suavidades.
Una angustia incesante,
de licor deseo intenso,
de contacto interrumpido:
lejanía que es bombardero.
Me quedó ese tal cuchillo,
la pasión y la sonrisa
el incendio en la cabeza
y el suspiro pesimista.
Y las sombras, enlazadas,
vivirán como semilla,
no se irán sin el aroma
de ser uno en la visita.
La mañana es de impresiones
que parecen cuadros viejos
de la calle con la luna
como amor de los abuelos.
Te imagino en muchos verbos
en distancia que me dice
sobre el tiempo que es verdugo
de la risa tosca inmune.
Y mis ganas de los besos
se confunden en mis ojos,
se acomodan en la herida…
pues lo nuestro… fue en silencio.
Román Borrego
Shimara Magaly
Tres poemas, tres
Tres poemas, tres. Proyecto que pretende reunir la producción de poetas urbanos de países de habla hispana y en lenguas originarias en un catálogo en línea para su libre consulta y difusión
La carne de los pájaros “Devuélveme el abrazo de ese 23 de diciembre del 74”.
Como molino de viento desgarro la garganta
saco del pozo una carta
bien podría ser caricia de cucaracha patas arriba
voy berreando consignas con tus nalgas al suspiro de proyectiles
tomo como barricada tu culo abierto y me escondo del enemigo
mientras arranco muecas de tu ano lubricado
por mi lengua de horda genital pero desconsolada
sobre tu piel de marchanta nalgona.
Cada lágrima por Fernanda
te indaga para impregnarte cada membrana
parece que mi hambre de pene erecto
busca encuadrarte en el tacto a escondidas
y el bulto en el pantalón alzado busca mar, error y respiración.
Tu piel es más suave que la herramienta y las máquinas y las leyes
por eso repliego disciplinadamente mis manos a la erección
como ondeando la bandera roja
tomo el pene, la carne y la coloco en tu boca
entrar y salir, entrar y salir en tus labios
¡se va inflamando y apunto de la explotación dentro de ti!
como jóvenes bombas en cajeros automáticos:
¡Tú y yo: Somos billetes falsos!
Pasas desapercibida licor de tus labios a los míos
No te importa que en cada tarde a nuestro pueblo le van rechinando los huesos
aprietas mi poesía de 9 sílabas, que llevo como herramienta para el amor.
Cosquillearte el costado de tus continentes en plena ebullición revolucionaria.
Mi cuerpo tiembla y en el contoneo de penetraciones lanza un ultimátum:
¡Ríndete fantasma de escote peluquera!
Respondes introduciendo mi carne a tu vagina donde se esconde la hambruna
y cabalgas, mueves las nalgas, te contoneas como derrota frente al espejo
desgarras las telas y las neblinas
estamos al filo de la cama
justo en el corte de la navaja
Tedio de hurgarte el secreto en los muslos
mis nervios se manifiestan para hacer el amor mordiéndote el vientre
y tú te pones a hablar el lenguaje de los peces
y yo pongo de nuevo el fusil guerrillero en tu boca.
Sobre el cuello de las Mujeres que cobran por caricias
casi siempre existe una encrucijada: ¿Seguir o rendirse?
Te beso y no paro, no doy vuelta atrás al camino.
Me das el último deseo del condenado:
Prefiero las tetas antes que el silencio.
Sabes que defiendo Corea del Norte de Corea del Sur.
Juegas conmigo y preguntas: ¿Vagina o ano?
Afilo los dedos, te estimulo los 5 orificios
“Por eso me gustas”... y yo sigo pensando en mi felicidad sola y vaga.
Invitas a todos echar un vistazo en el desastre de la función
te excita la gente mirando con la verga a velocidad como tren de inmigrantes
abres la ventana de la calle
como abres la boca para decir: “Esta vez no te olvido”…
Esta vez no te olvido, esta vez no te olvido,
¿Estás? ¿Amor estás?
Jueves Santo
Es jueves “santo” reflexión, lloridos y penitencia.
Pero este jueves santo (sin comillas)
tú y yo pecamos, pecamos bien, pecamos de lo bello,
pecamos por convencimiento,
pecamos porque, Dios, así lo quieres…
Pausado, suave, convencido, voy y murmuro un padre nuestro
deletreándote las distintas palabras por todo tu cuello,
para definir Amor en todas las lenguas de pueblos pobres.
Mi ardiente lengua hace un génesis de arrumacos
la boca se va resbalando,
por tu piel suave, venerable, de milagro
y pecadora conmigo.
Dios (sí es que existe), venera indudablemente
nuestros cuerpos desnudos, nuestra carne regocijándose.
Estamos volviendo al paraíso del Antiguo Testamento;
estamos derrotando a Goliat con nuestros besos
que luchan por lo justo en cada inclinación
de nuestras miradas prohibidas que se hacen versos,
y de Sodoma, derroches y excesos
en nuestra carne acelerada, en nuestras sonrisas
que hacen un dulce nido para fornicar.
Acariciamos todos los centímetros de nuestros cuerpos de dios,
con la yema de los húmedos dedos
hacemos con las rodillas un mar de olas intensas
que parten océano de los sexos en dos: infierno y cielo.
Navegamos en este jueves santo de noche perpetua.
Tus manos llegan hasta mi espalda,
con tus dientes vas tatuando los Diez Mandamientos:
amame, ámame, ámame… y así hasta el décimo mandamiento.
Retiras con perversión la cruz de la lujuria que traigo cargando,
me pongo a la izquierda de la cama de la crucifixión y grito:
¡Te introduciré el miembro por tu ano de Magdalena!
Mis manos van tallando un calvario de buenas caricias
hasta la puerta del inicio de la vida misma.
Con nuestras miradas construimos
un evangelio de tacto prohibido.
Cuando mi barbilla y labios muerden tus muslos
tú creas un gemido que pareciera son
las trompetas del fin del mundo.
Estoy convencido que cuando por tus nalgas husmeo,
no me podría hacer apartarme de ellas ni el mismísimo diluvio.
Para los pecadores, son la salvación tus besos;
Para las ovejas negras y perdidas como yo, para los sedientos.
Nuestro sudor es un rosario de rocío que hace bien el mundo.
¡Santa Madre del amor que curas todas mis penas!
¡Santa Compañera que tocas mis brazos, te aferras a mis piernas
y besas mi miembro como un trozo de carne en Jueves Santo!
¡Cordero de lucha que soy yo
y toco la delicia de los bordes de tus senos
y la desolación de tu pelo!
¡Oh, venerable desolación de jueves santo
en que los dos nos excitamos en la cama de la pasión!
¡Bendita sean nuestras armaduras de romanos y mojigatos
tiradas en el suelo para hacer del deseo un encantamiento
que se sale de colchón viejo
con tantos trotes y pensamientos de Judas!
No creemos en Dios,
pero lo veneramos cuando hacemos el acto sublime del amor.
Quizás la doble moral de la vecina se incomode
con nuestros gritos de pasión
—mañana, Sábado de Gloria, a ella le tocara mi pasión en su sexo—.
¡Tú y yo somos un carajo de amor y pecado!
¡Tú y yo somos nada más y nada menos
la salvación del amor en un triste jueves santo!
Pecamos porque Dios, así lo quiere.
Abandonado
Me damnificaste.
Sin albergue, sin llamadas preventivas,
sin alerta previa de tu partida.
Tu ausencia es un hecho verídico
como el sol de cada día
o lo imbécil del presidente PRI.
Hace tiempo ya desistí esculcar mi sombra
esperando verte revolcándote con mis sombras.
A veces volteo la mirada a la alcantarilla directamente
busco encontrar constancia de que nosotros existimos aún,
que nosotros fuimos un día sin calendario haciendo el amor.
Ya no hay cigarros en el suelo que se la pasen mirándonos.
El camión de la basura se ha vuelto
Secretario de Estado y tú y yo aún solos.
Las sonrisas incluso ahora tienen marca registrada,
las perdimos, ya no son nuestras.
Los botes de basura tocan canciones de mariachis tristes,
de lo de ayer ya sólo queda escalofrió en las ventanas,
volantes subversivos corriendo desnudos por las calles,
buscando sentir algo, ser algo, hacer algo.
De ti y de mí ya no hay suspiros ni balas.
Tu no-compañía se acelera en esta carretera
de carretas y tretas contra lo que aún queda de mi sendero
en la colonia del semáforo que solo sabe parpadear.
Noche tuya, flor lejana..
A ti, comprometida.
Para la que yo “creía que era mozuela, pero tenía marido”
Sé de la tristeza del cuervo
y sus plumas tristemente cayendo
como basura en tierras milenarias.
Sé del encierro del corcel
de su hermosa libertad violada
como hambres de mi “tercer mundo”.
Sé de la impotencia de la flor, y su llanto,
por la muerte de la abeja
como los hermanos alejados
enemigos en las guerras.
Sé del ansia del humano
mutilado por lo ajeno
-con las vértebras trozadas-
ante el último momento,
aflixión del mal suicida.
Pero canta a la flor, el cuervo,
para el cuervo, el corcel brilla
y el hombre los recrea en la vista.
Sigo caminando con las manos
en los bolsillos muy rotos
sabiendo que aun queriendo
no puedo hacer nada por ti:
ni alegrar al cuervo,
ni liberar al corcel,
ni sembrarte polen
ni curar tragedias
ni dejar de caminar.
Soy un hombre sin fortunas.
Deyección andando sola.
Sólo puedo detenerte plumas
ofrecerte un poco de aire
extenderte un pañuelo
o calmarte el ansia pa’ olvidar.
Vivimos muriendo en perros vulgares
absortos e inútiles ciegos de todo,
sin intenciones, sin ganas, con pena de amor.
Tú esperando de mí, yo esperando de ti
con un cariño profundo, que pateas profundo,
adentro, hasta adentro a las aguas
y a las venas cortadas,
al rojo del hombre y al frío de los polos:
en ningún sitio nos vemos las manos.
Me arde intestino y desesperación.
¡Corro, corro! Me salgo del cráter.
Alguien debería sufrir las penurias de mi ira.
Haz ignorado el cansancio y tristeza,
ojos al suelo, la risa,
mi gozo en tu brinco,
mi lerda miseria que ofrenda mi tiempo.
Has comparado y me has mentido.
En mi cubo oscuro estoy metido
y de nuevo no quiero nacer.
No sabes que es todo calmo,
narcótico elegante acojinado.
¿Cómo pueden llegar flores y cantos
y al alba el sepulcro?
Y así, pensando, ya no es esto el final.
Llegar a casa después del incendio,
y mirar las ruinas,
y llorar pa’dentro,
ahí donde la melancolía se hace dura y seca,
donde las ganas de luchar se hacen ceniza.
Llegar a casa después del incendio,
y sentirse ajena entre los escombros,
y mirar la ausencia de la estancia,
ahí donde me hablabas sobre Zaratustra y tus migrañas,
donde jugábamos Halo después del almuerzo.
Llegar a casa después del incendio,
y escuchar tu corazón latiendo lento,
y aborrecer el hambre, la sed y los tormentos,
ahí donde todo surge y se hace miedo,
donde los pasos se vuelven mutismo.
Llegar a casa después del incendio,
y mirar las llamas atrapadas en el tiempo,
reflectadas sobre la pared y el techo,
ahí donde pintaste una lluvia de estrellas,
donde me fugaba mientras tenías tu cabeza clavada en mi sexo.
Llegar a casa después del incendio,
y sentir el fuego consumir nuestra esencia,
y soñar con tu boca difuminándose en mi cuello,
ahí donde me delineabas espirales con la punta de la lengua,
donde terminaban las discusiones y comenzaba el recreo.
Llegar a casa después del incendio,
y escuchar los muebles que siguen ardiendo,
y extrañar el viejo librero,
ahí donde dejaste Tu nombre en el silencio,
donde convivían los vivos con los muertos.
FUEGO
Tengo un vacío, un hueco inmenso
debajo de la lengua que no me deja respirar,
salir corriendo a carcajadas hacia cualquier muladar.
Tengo un dolor incrustado en el pecho,
taquicardia profunda que se confunde
con el olor de tu cuerpo.
Me arde la cadera de tanto jaleo,
las piernas me pesan,
los tobillos se me derrumban en la arena.
Los dedos de mis pies se desprenden
y se clavan en sus uñas.
Entra gota a gota el veneno,
hay dolor, pus, recuerdos;
quema sangre blanca tu anhelo.
¡Grita! ¡Grita! ¡Grita! ¡Grita!
Antes de que se nos acabe el tiempo.
Has tomado mil quinientas terapias para aliviarte de mí,
pero tengo tantas ganas de morirme contigo,
que no te han servido de nada ni la adriamicina,
ni el metrotexato, ni la vincristina.
Somos uno en el mismo espacio,
divididos en un cuerpo.
Y me duele tu rechazo,
en la yema de los dedos.
Te he visto salir corriendo,
decidida a aventarte a las vías del metro,
pero te distraes encendiendo un cigarrillo,
y te susurro al oído que no soy el malo quimérico.
Poco antes de que inicies mi tormento,
a las puertas del Hospital Siglo XXI;
yo te juro Mujer, te conozco de algún cuento.
Caminas con cierta rigidez por el pasillo de oncología,
las manos te tiemblan, el corazón se te desgarra,
los parpados te pesan, estás a punto del llanto,
¿lo sientes?, este también es mi cuerpo.
Entras a la habitación donde te aguarda la enfermera,
te sientas, colocan el catéter,
a veces en el pecho otras en el antebrazo;
cae a cuenta gotas la toxina que nos incendia.
¡Arde! ¡Arde! ¡Arde! ¡Arde!
Pero eso ya lo sabes,
tienes el arrojo
de acabarme a cualquier costo.
Hay un vacío, un hueco inmenso
debajo de la lengua que no nos deja respirar,
salir corriendo a carcajadas hacia cualquier lugar.
Olvida ya los medicamentos,
deja que se nos caiga la piel pedacito a pedacito,
vamos a morirnos poco a poco bien juntitos.
Hay un olor incrustado en tu pecho,
taquicardia profunda que se confunde
con el dolor de mi cuerpo.
Las piernas me pesan,
los tobillos se te derrumban en la arena.
Los dedos de mis pies se desprenden
y se clavan en tus uñas.
Han pasado varios meses,
aquí estoy, apagado, quietecito;
esperando una buena infección
que me regrese contigo.
Cáncer, que me llaman…
Existo desde la tinta que se derrama sobre el pantano, hasta el subsuelo. Donde la acides de la tierra no permite la vida. Soy mujer-errante, navego kilómetros de deseos en tormenta, granizo en primavera. Miro de reojo como se disuelven mis granos entre tus cuerdas. Ato partículas de mentiras a verdades absolutas para permanecer en vilo, desovando a la puerta de tía María. Juana me ha contado una historia, sobre niñas que brotan de los sueños de quienes las olvidan, hojas marchitas. Niñas que sin saberlo se convirtieron en mujeres-llano. Invadidas por cuerpos extraños, lloraron por las muñequitas rotas y los zapatitos raspados. Mujeres-cascada, que en caída libre vaciaron su mirada. Mujeres que no hablan de su infancia porque los recuerdos hieden. Olores de sonrisas inertes que cuelgan de la enredadera, balanceando su pena.
Existo desde la tinta que se derrama sobre el pantano, hasta el subsuelo. Donde la acides de la savia no permite que broten las flores. Soy mujer-desgarre, no olvido la fragilidad de la porcelana. Observo al mundo a través de la pinchadura de un alfiler, mientras zurces mis ojos con tus fantasías. Cuentos que hablan acerca de mujeres-viento, chiquillas extraviadas, que vuelan alrededor de la almohada; que se convierten en polvo bajo la cama. Mujeres-río, que se diluyen sobre nuestra conciencia en tacones de diez centímetros. Mujeres que yacen en la frontera y juegan a ser niñas. Ignorando las llagas en su piel, le susurran al tiempo una canción de cuna.
Existo desde la tinta que se derrama sobre el pantano, hasta el subsuelo. Donde la acides de la carne descompone los huesos y las pequeñas muñecas vuelcan marea.
Soy mujer-errante –mujeres-llano. Mujeres-cascada–
Soy mujer-desgarre –mujeres-viento. Mujeres-río–
Soy mujer-ausencia Invócame
Mi nombre es
ARENA
Arena…
Carlos Esteban Jiménez
Cuando crezca como Claudia… ¡Carajo!
Conquistaré cuerpos calientes
Camas cualquieras; Casi criptas, casi cunas
Calmaré corazones, calmaré con-razones
Contaré como castigué, como curé
Cubriré con cumbias colombianas cada cadáver.
Cuando crezca como Claudia…
Casi caigo calavera, casi
Convencida conseguiré cada cosa compuesta
Cada cana cantará como conseguí culminar como Claudia
Compraré con coca cada casta, cada clan canjeado
Cobraré con cañones, con coraje Cristóbal Colón
Con cólera, con cáncer, crucifixión como Cristo…
Cuando crecí como Claudia, comprendí cómo concluyó, cómo concluyo.
Hija de mi madre.
Nunca te dejé ir porque siempre fuiste libre Guerrero
En mi poesía Sonora
En mis Aguascalientes
En la oscuridad perpetua del silencio desnudando nuestra piel Morelia.
Somos La Paz y la guerra
Un mezcal de a Hidalgo
La sangre en la Mérida
Unos hijos de nuestro Chilpancingo padre
Y Jalapa donde quieras pues ya soy tu pie descalzo
Jalapeño que Tepic-a, cuchillo que Tepic-a en juliana hasta la lágrima encebollada
Porque Chetumal y tú el mío, sabes mi bien y yo el tuyo.
Da un Saltillo a mi charquito y bríndame tus dones
Durango el día y la noche, Colima ó colimón, así tiemble, llueva ó Puebla
Nayarit impide la comunión de nuestros Morelos cuerpos.
De nuestras Chiapas en las caras,
Sinaloa,
En Veracruz te Querétaro.
En Veracruz te Querétaro
.
Diana Mancera
Sí.
Seguí siempre su sonrisa sosteniendo sus sobrios sueños,
Sabiendo su sexo; salado semen, santa saliva.
Donde Diana duerme detrás de dragones dóciles,
Danzantes, discretos, dolientes de dientes, dudosos de Dios
Ambicionando altos árboles
Abeja abatida, abstracta, amante
Mariposa mortal, mística musitando melancólica música
Mientras mirándome muere madre mía.
Canta cuando coma cucarachas, culebras,
Cuando curanderos colmen corazones,
Para ponerte palmeras purpuras preciosas,
Porque poco puño puede pasar por
Vuestras valientes venas vibrando vorazmente
Víboras vueltas vehemencia viniéndose
Lamiéndonos los labios locos
Las lenguas locas;
Ráfagas rocinantes rompiendo ruidos recolorantes.
Remediando roñas, ratas, ruidos.
Hasta hacer hermosos hijos, hermosos hombres.
Habitando hoy.
Nuestras narices nacen, naufragan.
Nunca niegues nuestros nuncas, nuestros nahuales. Naranja necia.
Tienes taladrándome toscamente tantos trabalenguas trabados.
Tienes táctica, tocándome tienes toda tuya.
Hipopotomonstrosesquipedalio.
Índice de poetas
¡He aquí
la INSATISFACCIÓN
del CUERPO!
pupilas de mis poros abiertos
en la lucidez de lo incorrecto
mundana efervescencia cadavérica
pensamiento certero
acontecimiento sincero de lo siniestro
fragilidad del yo y sus sentimientos
¡He aquí
la TRANSMUTACIÓN
del SILENCIO!
[neuronal]
del mar vacio y tempestad
ausencia pura de la moralidad
música cerebral
injuria al estadio celestial
Caminar a paso ciego
caminar danzando mis versos
lejos del universo abyecto
con la finitud de la erudición
y la racionalidad sin cuernos
El divagar indecente de los complementos
SER FENÓMENO ESPACIO Y TIEMPO
el devenir del cosmos eterno
luz y sombra del pensamiento
vid Inmanente del yo insurrecto
resurrección amordazada del ente esquizofrénico.
AXIOMA
[disociación verbal]
¡Miradme!
SAFO
Canto ahora Safo mi desdicha desalmada
por ser Camelia ahogada infame mujer deseada
portadora de caricias
de insana salvaje agonía
y de penetrante larvaria inmundicia
Canto a ti mi amada poetiza
esta mi desdicha por no poder posarme tierna en tus mejillas
ni reposar en tus rodillas la desnudez de mis arterias subvertidas
Canto a ti por ofrecerme en violetas
la esperanza de revivir a las muertas
con tinta sangre y el sacrificio de mi fe ciega
Canto a ti ya no con voz de poeta
sino como miseria de ultratumba
como alas frágiles de luciérnaga
Canto a ti mi amada poeta
Canto a ti con sonrisa enferma
por ser sacra y lasciva
y sumergirme en tus pálidas piernas
y llevarme al inframundo que retuerce mis vísceras insurrectas
Canto a ti y despierto sonrojada en violencia
por presentarte etérea
y no salvarme de esta realidad que aterra
que me seduce y violenta desorbitando mi mirada incierta
convirtiéndome en rabia en podrida materia
Canto a ti Safo en esta terrible selva
que a la mitad de mis piernas se ha enraizado siniestra
y rugiendo las infernales almas cual marionetas
han convertido a Beatriz en roja cruz esquelética
Memento mori tatuado desde la matriz en nuestras consciencias
consolando a la inocencia por ser monetaria carencia
Canto a ti mi sublime eterna y bella insolencia
por haberme ofrecido en tus labios la catarsis de la indecencia
y convertirme en estrella aunque perdure la mortal decadencia
el vil vacío metáfora de indiferencia
la podredumbre de inmoralidad
el modelo de la humanidad más perfecta
Canto a ti hermosa poética
antagonía de la torre más alta habitación de princesa
por poseerme cual musa y arrancarme cual bestia
las garras de angustia que me ahorcan violentas
y me arrojan a las fieras a la fauces de la antimateria
para sublimarme después en altares
de incendiarias flores secas
y trascender en tus labios a tu estrófica orgía estética
¡Miradme!
con esa compasión que me amputa el alma
y me recuerda que soy mujer
víctima y victimaria
¡Juzgadme!
¡Juzgadme!
por ser puta y mezquina
y porque mi único pecado
sea portar la exquisitez de una vagina
¡Violadme!
¡Matadme!
y que la cúpula de tus iglesias
se eleve y fortalezca
con nuestra materia descompuesta
porque somos muertas
muertas sin rostros
muertas de olvido
muertas por haber nacido en pútridos cuerpos femeninos
pero yo os digo
con la esperanza atada a mi costado
¡Bienaventuradas las muertas!
porque hemos de danzar no estáticas
fuera de toda materia
en la poética alternativa de mente abyecta
¡Bienaventuradas las torturadas!
porque hemos de nacer musas
incandescentes en el olvido
volviendo al verbo el asesino
del abuso que mantiene al sexo cautivo
¡Bienaventuradas las descuartizadas!
porque fuera de este mundo
somos alma y no concepto
no político panfleto
ni el ansia de fama de un rapero inepto
¡Bienaventuradas mis muertas!
¡Bienaventuradas mis desahuciadas!
porque nosotras
llenas de estigmas
llenas de tu esperma porquería
andamos de camelias vestidas hacia la utopía
siendo Ofelias sumergidas sobre lirios
que decoran la armonía de nuestros ritmos
¡Bienaventuradas mis mujeres!
¡Bienaventuradas!
porque nosotras
las muertas
las que sí tenemos rostros
vagamos distantes en la metafísica de la androginia
Y danzamos infames
Y libres
Y hermosas
siendo sueños en la nada
alteraciones de mentes fálicas
ficciones nunca amordazadas
ficciones nunca olvidadas
ficciones nunca con tu indiferencia silenciadas
Mimí Kitamura

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John Bardo
México. D.F. 1983
PRECARISTAS
Bienvenidos a la agonía de los espíritus encarcelados,
bienvenidos al gran banquete de vuestro propio miedo donde no comen sino sois comidos.
Porque en estos tiempos la cordura es vuestra mayor maldición,
en esta mazmorra de horrores,
en este mundo de locos del que solo sufriréis sus miserias,
para estar condenados a la locura,
para dormitar como bestias,
torpes y satisfechos,
mirando el mundo desde dentro.
Aquí donde habéis perdido el trabajo,
el dinero,
el amor,
la guitarra,
el sueño y finalmente el juicio.
Aquí se escucha el canto del loco,
el llanto del solitario,
bajo un delirio en el que aún brilla en sus ojos
un triste fuego de esperanza.
Porque solo así podréis dormir bajo el fuego que hay donde suenan las flores y los murmullos del
viento,
bajo unos besos vuestros que ya no existen,
bajo unas sábanas viejas usadas por algunas putas que taparán esta noche el frío de vuestra ausencia.
Por qué solo así podréis dormir con la espuma del mar,
mientras las alas del viento giran y os parten en mil estrellas para no volar mañana.
Allí sentados con las manos frías,
porque llueve un día de muertos en primavera,
mirando nuevos ciclos que reverdecen con lluvias ácidas de temporada,
con la sangre helada recorriendo todo el cuerpo entumecido,
como vieja presa,
con la mirada fija en el vacío,
esperando el último expreso que os llevara a dormitar solitarios en vuestra última morada para siempre.
Voy abrir mis ojos de la realidad que me contaron,
a aquella unidad que el hombre blanco oscureció por esta realidad hipermaterialista.
Voy abrir mis alas hechas con plumas de acero
para volar sobre la desconocida Kadath,
para mirar el mal que ha caído y volver como hombre sano.
El veneno del mundo me ha pasado,
intoxicado estoy de todo,
porque todo lo que toco y veo,
todo tiene veneno.
¡Oh plantas de los dioses
denme divinidad de su orina, sangre y carne para ver que no estoy vivo,
para ver que no estoy muerto!
Zame Yemebewe has crecer Iboga con los dedos del enano Bimatú,
Socorras comiendo corteza
en los ríos donde los antiguos levitan con el poder de Iboga.
Comí las hojas del Toloache y las hojas me marearon,
comí las hojas del Toloache
y las hojas me hicieron temblar,
comiendo hojas del Toloache mis reumas van a sanar.
Escucho las trompetas del juicio y caigo en trance,
serpientes y jaguares riñen por mi esencia.
la vida normal es una ilusión,
mi Arutam Wakani al mundo maravilla va a pactar con las fuerzas del mal.
He encontrado el polvo en el ombligo de Hekulá,
Coatl Xoxouhqui con trece lentejas dame slovas para este humeante diálogo.
Siembro el fuego de San Antonio que en pan para el desayuno como,
ergot que me quema pies y manos mirando cómo se derrite todo al rededor cual el superhombre se
fundía en el aluminio líquido de aquella blusa de cristal cortado.
Por las noches cabalgo en escoba por doquiera,
unto mandrágora,
belladona,
beleño,
un poco de grasa de niño muerto
y
entonces alzo el vuelo.
Vuelvo de un viaje cósmico para liberar mi alma del confinamiento corporal con Ayahuasca,
soy jaguar andando al son de los tambores
cruzando las dimensiones del microscópico,
macroscópico.
Nacidos en un taxi intergaláctico viajan patriotas,
acuchillando a otros hombres por un lugar hacia el infierno.
Una luz palidece el andén bajo el fondo de este cielo pintado a brochazos de monóxido de carbono.
Cambias cuencas de vidrio usando mascaras andando por las calles de la soledad.
El cielo es amarillo,
es el mismo cielo oxidado paisaje decadente,
caminando hacia el ombligo de la Luna,
Tenochtitlán.
El hambre,
única culpable sin sentenciarle a penas de cárcel,
hay que matarle.
Niños con máscaras antigás,
seres de otro planeta,
otros color cobrizo y ojos rasgados,
hijos de los hombres- termita,
hombres-topo casi ciegos en agujeros negros
siguiendo un bastón de pastoreo humano.
Nadie debe preocuparse del Apocalipsis
viviendo presos de la ignorancia,
Mientras,
campesinos siguen los ríos de asfalto se vuelven precaristas.
Volvemos al cielo en forma de humo
cantando ceremonias de desintegración física,
millares de peces sucumbiendo al nuevo estilo de vida en los mares,
escupiendo bocanadas de petróleo por los ojos,
eyaculaciones de progreso,
pero la naturaleza se ha adaptado,
nos está adaptando.
Los revolucionarios de la luz no quieren incendiar ciudades,
queremos incendiar conciencias.
Una cápsula de polen para alimentar el cuerpo
y una flama de luz para alimentar el espíritu.
Mientras sigue adelante que el sentido de la vida
se pierde cuando te quedas parado.
Se puede iluminar la oscuridad pero no el vacío.
Creer,
un bálsamo para el espíritu.
Denme agua de beber bajo el cielo gris sobre la gran laguna del Valle
de México,
y al centro un zopilote de negras alas devorando intestinos de antiguos precaristas.
Recordar el día que llovió y cayeron los cielos.
Fue entonces que dio inició el ciclo del sexto sol en un fuego nuevo surgido de la piedra donde hicieron
su nido las estrellas.
PLANTAS DE LOS DIOSES
J. Nahualli Bardo

LA SOMBRA DEL QUE NUNCA MUERE
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Índice de poemas
Abrazo De Ese 23 De Diciembre Del 74”
Algunos hombres les temen a las mujeres infinitas
Diamantina que escarcha la nieve. –Open.
Instrucciones para enterrar el pasado
J. Nahualli Bardo
J. Nahualli Bardo
Diana Mancera
Diana Mancera
Shimara Magaly
Shimara Magaly
Román Borrego
Carlos Esteban Jiménez
Carlos Esteban Jiménez
Mimí Kitamura
Mimí Kitamura
I
Estoy loca de ti, en mí, por lo que sea.
muriendo de versos, inquieta por nada
Me descubro poco a poco y entre silencios
Me tiemblan las oraciones, las comas, los dedos
Se quiebran las dudas, se imponen los sueños.
Siento los síntomas, me compadezco,
Estoy enferma de letras, ya lo sé.
II
Voy a buscar tu llaga para enterrar gratis mis sesos
pues las palabras van callando lo que gritan estos huesos
Las metáforas son mudas y el análisis no está hecho
Pero entre estos labios tuertos ya no cabe tu silencio
Ni mis medias ni tu boca nos liberan del entierro
De este vals nunca bailado en el desierto de los sueños.
III
Sabotaje a tu piel y a tus líneas indiscretas resistencia.
A tu boca mi olvido y al recuerdo silencio.
Paciencia que el cielo viene, se desmorona.
Decencia en la demencia contra-ciencia.
¡Púdrete! Te dije y nos pudrimos juntos.
Nos dimos caricias, miedo, hambre.
Nos pasamos, nos pisamos, nos rebajamos.
Nos dimos lo que no queríamos dar hasta casarnos.
Tres actos
UN MINUTO DE TU PROSA.
Nos fuimos haciendo de caminos sin buscarnos
con cielos lejanos atorados en gargantas mudas
y manos que fuimos olvidando en cuerpos ajenos
Con la piel dividida de sueños y de noches
nos cosemos de caricias en tiempos distintos
nos amamos por pedazos por no perdernos del todo
Dejé una cabeza en ninguna parte pero a tu lado
al lado de todos adormecida de ganas
y de noches que no fueron nomás que en sueños
De la noche a tu boca hay sólo un largo paso,
y de mi invierno a tu primavera me voy colgando
Deslizando entre miradas perdidas por telarañas exquisitas
Un minuto de silencio por cada beso olvidado
por cada nombre que se perdió en la neblina del tiempo
Por cada desierto que moja mi cama y en temporada de seca.
Un minuto por tu boca que es la mía de vez en cuando
y por mis versos que son de a rato tuyos
y por tus manos, mías, que cada prosa que tocan la convierten en poesía.
Por tus ojos tiemblo de miedo de ganas de morderte las ganas o la boca.
Y me imagino que te imaginas que nos imaginamos.
Que a veces y en silencio nos amamos aunque sea sólo de carne
De un amor sencillo y sin moral alguna, descarado; prohibido
Me encuentro censurándome al pensarte,
te reprocho la provocación
Me provocas porque eres sin ser posibilidad.
De ganas al mirarte se deshacen mis manos
Y me invento cuentos por pronunciar tu nombre
Por si acaso es que de repetirlo se vuelve más mío
Mío tu cuerpo que de mirarlo se va llenando de versos.
Sale un verso por tu axila y un soneto de tu cabeza y a mi deleite.
Me gusta deleitarme de ti, sin tí, en secreto.
Luego pasa lento el día en tu presencia de no poder tocarte
Y me muerdo la moral, las ganas, las ausencias y el delirio
Me detengo ante tu cuerpo estandarte a tantos cuerpos que nunca tuve
Se me hace agua la tinta de tus labios, agua la puerta de la casa
Y mis piernas son ríos listos para ahogarte en cualquier momento.
Por tus ojos

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La Zafhada Remolona
La Zafhada Remolona
La Zafhada Remolona
Amor a la distancia
Amor
no me gusta este ambiente
de recordarte cada noche que pasa,
y que te encuentras a una larga distancia.
Amor
quisiera que la distancia que nos colma
se esfumase como se esfuma la niebla,
en las noches que me siento solo, sin ti.
Amor
que haces que este pecho lata a tu distancia
y a pesar de ello te ama como si tu silueta
estuviera cantando y bailando un vals junto a mí.
Amor
no seas solo esos recuerdos de aquella distancia
se siempre esa llama impenetrable y comburente,
que es tu amor que habita aquí y solo en mi pecho.
Amor
con esta distancia te extraño demasiado
que el tiempo llega a pesar en todas mis tristezas,
tristezas de que no estés a mi lado y no puedas secar mi llanto.
Amor
hay tu distancia piadosa y desencadenadora de los prejuicios
de mi alma y mi corazón que ansia tener junto a mi regato,
y tenerte en mis brazos y poderte acariciar dulcemente y tanto.
A la víspera del vacío
Yo la esperé tremulante en mis oscuras noches
donde ni la luz de la luna detrás de la montaña alumbraba
y se sentía esta soledad inusitada que corría por mi venas,
por lo causes de la obscura noche que era mi única amiga.
hasta las anchuras de mi cuerpo y se desbordaban
Yo la esperé a la víspera del vacío sofocante de frío
y tras esas vertiginosas sombras de mi recuerdo
que era lo único que me queda para aferrarme
y no perderme en este vacío obscuro mar de mis miedos.
Yo la esperé ¡ay si la esperé! más de los que las aves esperan la primavera,
incesante este miedo que no quería irse de mí porque ya no estabas
quise escapar del lamento pero hasta con la penumbra del sol te recordaba
y cada hoja que caía del otoño era mis esperanzas esfumándose con su brisa.
En cada atardecer mientras caía la noche con una pluma te escribía te adoraba y de
hasta más no poder hasta sentir cada una de las palabras que escribía,
parecían mas no escritos de mi puño, si no de mi corazón y todos sus lamentos
que carcomían hasta el infame infinito de mis adentros donde solo tu pudiste llegar.
Yo la esperé hasta sentirme preso de mis días, de mis horas, de mi tiempo…
sentí más miedo que cuando te vi alejarte de mí con todos mis sueños y mis besos
pensar que volverías como la primera pero ¡no! nunca lo hiciste y ¡nunca lo harás!,
ya sólo me queda escribirte junto al otoño y a las aves para recordarte una vez más.
Perderme
Perderme en la brisa de sus besos
es como sentir el calor intenso,
que emanas de cada recóndito espacio
de su ser y a mi corazón.
Perderme en sus dulces y cálidos brazos
que se estrechan para darme su vida,
y su amor para que se regocije mi piel.
Perderme en la dulzura de su mirada
y en aquel derroche de su tiempo,
que siempre me lo ha dado
y siempre a mi lado estará.
Perderme en su risa de menguante luna
que como las aguas del mar,
cambia mis ilusiones, mis fortunas
con su manera única y sutil de hacer las cosas.
Santiago Sebastian
Santiago Sebastian
Santiago Sebastian
Mi oído izquierdo se niega a escuchar
Mi oído izquierdo se niega a escuchar
profundamente unido a mi lado sentimental
ha decidido ya no más...
Me deja sorda de "te quieros"
de susurros cariñosos,
del canto de los grillos…
¡ya no más! Dijo mi oído izquierdo
Ahora solo escucha el crujir de mis dientes
masticando el ego…
Me castiga mi oído izquierdo
me obliga a escucharme
mordiéndome las uñas
chocando los dientes por la angustia
Mi oído izquierdo dijo simplemente
Ya no más.
Algunos hombres les temen a las mujeres infinitas
Algunos hombres les temen a las mujeres infinitas
Inmersos en la infinitud de una mujer se sienten perdidos,
abrazados a un inmenso mar se saben solos.
Esas mujeres infinitas que miran con pozos llenos de cielo,
esas mujeres con sonrisas consteladas,
vorágines llenas de monstruos incestuosos tragándose deseos inacabables.
Esas mujeres espantan a los hombres simples
A esas mujeres solo las exploran los locos.
Las puertas de una mujer infinita sin embargo,
nunca se abren…
Abrazados por la espalda,
devorados,
es la única manera de acceder.
Instrucciones para enterrar el pasado
-
De vuelta a la hoja. Hacía atrás, usted ya paso la hoja del pasado y no se había dado cuenta.
-
Sujétela bien entre sus manos, porque es resbaladiza como los recuerdos, sienta lo delgada que es como los sueños hambrientos de trabajo. Es posible que se resquebraje entre sus dedos, que se haga polvo, si es así intente no respirar, el flujo de aire podría hacerlo volar y no quedará huella de él, si lo inhala podría llevarse minúsculas partes del recuerdo que al enraizar formarían evocaciones falsas.
-
Recójalo con cuidado, ahora será imposible reconstruirlo y quizá se hayan perdido piezas para siempre, estas quedarán pegadas en algún mueble de su casa, pero ya no recordará de que pagina pasada son, dolerán un poco pero ya no sabrá por qué.
-
Si usted pudo conservar la pagina del pasado intacta, rómpala, hágala pedacitos, es probable que se queden adheridos a sus dedos ya que muchas veces contienen un pegajoso elemento rencoroso que la ha mantenido un poco gruesa y pesada, incluso pueden haber varias páginas juntas, deténgase un momento y valore si es necesario sacrificar bellos recuerdos. En caso de decidirse a continuar siga leyendo.
-
Cuando logre deshacerse de los restos de las paginas dulces y amargas en su piel, lávese bien las manos con las aguas fluyentes de un río que no quiera regresar y jamás, jamás se vaya a tocar los ojos con las manos sucias de pasado, porque los restos lo harán llorar, procure tampoco hacer contacto con su boca, le quedaría sabor amargo por mucho tiempo y sus palabras podrían alejar a sus seres queridos.
-
Si su página del pasado, no se hace polvo al contacto, se mantiene rígida y además es difícil desprenderla de su libro, es muy probable que sea por lo reciente del evento. Siento decirle que aunque el episodio ya no estará completo, si quedarán rastros de él en su libro, quizá con el paso del tiempo estos restos puedan resquebrajarse e irse diluyendo. Deténgase un momento, la frescura de estas páginas a demás de no poder ser extraídas totalmente y de poner en peligro otras páginas, podrían servirle en algún momento, intente vivir con ellas unos días más, si no puede con ellos entonces haga lo que describo a continuación. Tome con cuidado y decisión la página, estírela, estírela todo lo que pueda pero no la jale mucho, no vaya usted a llevarse pasado que si le gusta o peor aún paginas del futuro en blanco que quedan bastante próximas a sus recientes memorias, podrían quedar orificios, hojas sueltas o rotas. No queremos que estas se dañen. Una vez estirada, tendrá que usar tijeras. Corte, corte sin dudar al ras de la página.
-
Una vez con los restos de nuestra página del pasado en las manos, rocíele un poco de agua, esta evitara que salgan volando o se pierdan en el camino. Introduzca los restos en una bolsa de papel, séllela bien. Ya no llore, ya no hay marcha atrás, sus recuerdos han quedado hechos añicos.
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Corra hacía un bosque, un terreno baldío, corra lo más lejos que pueda y corra rápido a veces el pasado nos convence de volver.
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Le aconsejo que se amarre una venda a los ojos, busque a gatas entre los árboles un lugar húmedo, ojalá encontrara hongos húmedos entre sus manos, estos se alimentarían de sus recuerdos y darían frutos coloridos y enormes, lindos para alegrar la vista de los viajeros sin miedo.
-
Haga un hoyo profundo en la tierra, es preferible que lo haga en un lugar lejano a la gente, no queremos que alguien los vaya a encontrar y los quiera revivir, se adueñe de ellos y haga triunfos con los miedos que usted prefiere olvidar.
-
Deposítelos en esa fosa oscura y húmeda, no tema por ellos, la tierra los recibe con amor, los reciclará, los regará con agua de lluvia fresca, los rociará con perfume mineral.
-
Cúbralos, cúbralos muy bien que no quede huella de nada, baile encima de ellos, baile por muchas horas sobre esa tierra, a veces el cansancio hace que salgan lagrimas, no las reprima, ayudarán a su pasado a transformarse en algo nuevo y lejano a usted. Algo que alimentará la vida de otros hombres que no nieguen sus errores y no se venden los ojos para bailar.
-
Regrese con los ojos cerrados y cuando crea que ya no puede regresar nunca más, abra los ojos. No intente regresar por sus páginas, ya no encontrará sus recuerdos, encontrara inventos de su imaginación.
Ixchel Cochitleua.
Ixchel Cochitleua.
Ixchel Cochitleua.

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Nauja 50.3
En parte es una estrategia mía
Para dejar de evitar,
Evitar cualquier cosa y levitar
Escucho lo que nadie escucha:
Tu ulular,
Busco lo nimio, lo íntimo,
Lo mínimo me atrae
Por eso desconfío de tu canto
Que es el canto de la fuerza
De un Naufragio
No estás dentro del mar,
Eres el mar perdido y solo
Dime Naufragio
¿Dónde me dejarás varada hoy?
Viaja.dos
Saldrás de entre las olas y las algas
con bagres incrustados en las naguas.
Saldrás de entre los barcos y las redes
cuarteado por la sal y los templetes.
Sin remos, darás fuertes golpes al naufragio
y fondearás a barbas de gato tus muñones.
Pensarás de nuevo en las gaviotas y los buitres
y seguirás con la vista triste sus alas al refugio.
Sediento, beberás mareas que te dejarán
sin ganas de mirarme Guardia en Isla.
Sediento, beberás mareas que te dejarán
varado entre juiles sin aureola.
El mar olerá a peces muertos
y yo estaré ahí, desde mi barco
buscando tu cuerpo canábico.
Placenta seca.
¡Salvación por mí y por todos mis amigos!
Hablo por mí y por todos mis pies:
Nos han limado los ojos,
Nos han limado las garras,
Nos han limado los callos.
Nos han incrustado zancos
Y señalado
“Raíz oscura, poco profunda.
Patita coja, Huerfanita Sola.”
Hablo por mí y por todos mis pies:
No hemos levantado el concreto.
No hemos pisado el hielo,
Ni hemos fomentado el monociclo.
(Nuestra vida tiene socavones
Donde caen los lazarillos.)
Nuestras piernas tienen vida
Y se agitan sobre los hombros
Como esvásticas zurdas o diestras aspas;
Nuestra vida está empedrada.
Hablo por mí y por todos mis pies:
No somos el camino.
Betsy Numen
Betsy Numen
Betsy Numen

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Diamantina que escarcha la nieve. –Open.
a Yahenny.
Volar un papalote y hacer papiroflexia con nuestros cuerpos
ser ramajes inseparables
crecer de cerca, entre las mismas piernas, como enredadera
ser un feto y conocernos desde siempre
tragarnos los labios y escupirnos dentro del armario
que choquen nuestros huesos y dancen y dancen por la madrugada
ser la resurrección del siglo nuevo
morir de amor limpiando una huerta de lechugas
y ver cine hasta el amanecer con la inocencia de los peces dorados
aprendernos/ perder la memoria/ repetir el acto.
Disolvernos por la necesidad de satisfacer el instinto
ser pulpo y atraparte con mis mil tendones
que no importen los síntomas patológicos / sin condicionamientos
ser las moscas que rondan tu ombligo
conjugarnos en todos los jodidos tiempos no existentes
Quiero cada día vivir en tus clavículas
en tu coxis
en tus pantorrillas
/ morder tus hombros y dibujarles una flor atemporal
balbucear tu nombre cuando no estés
y que escurra ésta saliva diluida entre aguardiente
yo que soy un mago / que soy reptil
yo que soy magia quiero irme al infierno
a comer jarabe de maple de la espalda de cada demonio con senos y medias rasgadas
quiero caer de todos los precipicios y levantarme sangrando de la frente, de los dedos
que me salgan corcholatas de los ojos
o quizá luciérnagas decembrinas
quiero llevarnos a volar a otros universos
conocer al monstruo lacustre favorito a los alebrijes a las sexoservidoras a los que bailan con las pestañas quiero conocer a un vendedor de peyote que haga arte y a otro y a otro que toque el ukulele
para después ir a un jardín
y continuar regando las flores silvestres - hablar con ellas,
porque tienen las voces más extrañas
les gusta la música entre cuerdas y entre enfermas mentales
quiero desgastar mis dientes entre tu carne y comerte las costillas y lamerte los pliegues.
Me gusta tu nombre en mi voz
me gusta volar papalotes y llamarles cometas y pedirles deseos
prender luces artificiales cerca de tu pubis, crear los incendios, los derrumbes, los espasmos
llenarme la vagina de esa diamantina que cargas en los puños,
bailar y que encuentres otra galaxia
que nos brillen los pies cuando la diamantina caiga
para escurrir, escurrir de nuevo / ser tormenta o ser cascada
//recorrernos y ser inundación cuadrada perfecta / sonrisa binómica
colgarnos a las hormigas en el cuello y tropezar al mirarnos, caer - insinuarnos
sumergirnos bajo la tierra
no salir nunca de ella si no es como flores
que llueva // repetir el ritual
y comenzar de nuevo.
Que nos lleve el viento a donde quiera / llovernos/ enterrarnos / florecer…
Puzzle Patria.
Soy el Mediterráneo escarchado de nieve
una hoja hecha pedazos que a los astros clama justicia
el espesor palpitante de mi sangre perpetua que se convierte
en tinta de pulpo polimorfo cuando escribo/
Crujo entre tiempo frenético de mis generaciones
soy la amapola violenta que saca espuma de rabia por los poros
por mis hermanos grito con llanto
está mi espina dorsal corrompida por el canto húmedo de la madre tierra
y de las madres viento
porque saben que los huesos no florecen,
cuando el desafino es grave
y que ni con lluvias torrenciales se puede ocultar el dolor
ni se puede culpar al inocente,
porque es consciente la entraña de la verdad.
Soy la luciérnaga célica que estalla en trozos miles
con la retina distraída por charcos del infierno
pero que no hay miedo esta vez ya por las calles
nos vemos todos salir desnudos, sólo con el alma de abrigo
exponiendo los tendones y el verbo voz a francotiradores expertos.
Ya no quiero muertos...
¡Ya no quiero muertos sonámbulos rondando mi tumba!
Porque será nuestra casa en paz, entonces, toda esta vida
de los valientes que se colgaron el delirio y no apagaron la esperanza
de los estallaron logrando la conexión entre medusas.
Yo no quiero a mis poetas disecados ni entumecidos
los quiero despiertos entre los satélites planetarios
aunque suene a incoherencia siempre
porque soy quien vuela entre las hormigas
y he nacido en el año mil novecientos David Meza
mis dientes y párpados brillan por la palabra
aunque hoy pretendan silenciarnos como en la prehistoria
pero la barbarie no es ahora, es de antes
de las crónicas que parten de una tarde rojo amargo.
Estoy hecha de manecillas que claman justicia
estoy hecha de un sonido locomotora que no voy a reprimir nunca
porque no hay ausencia más asesina
que la de una voz extinta entre el silencio de las sirenas...
No - podemos – quedarnos - así,
/ estancados /
ahí parados entre lo mismo
cuando somos los bailarines que pueden encender
los fuegos artificiales desde la boca
y alumbrar la esencia de esta patria que parece tan rota
y que proclama
No – merecer - esto.
No quiero un toque de queda
ni un pueblo anestesiado que ya no florezca.
Ciudad Selva.
Me brota de la arteria una mariposa
crujen mis senos
etapa oral reflejada
¿De qué color duermes?
Los tambores retumban sobre tus fronteras
y luego en mi boca
como eco aparece la onomatopeya
de una pompa de jabón reventándose
luego suena a mar tu cielo.
Siento cómo la lluvia lacandona me acaricia
burbujea mi caudal al ritmo de estas dos lluvias
subo a mirarte
y tú sólo me sonríes.
Sandrah Mendoza
Sandrah Mendoza
Sandrah Mendoza

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